Aclaraciones sobre Pegadas
Página 1 de 1.
Aclaraciones sobre Pegadas
A raiz de la recogida de firmas para que Goofy vuelva a casa , la supuesta Asociación Protectora Pegadas hizo las siguientes declaraciones:
COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN PROTECTORA DE ANIMAIS “PEGADAS”
SOBRE POLÉMICA CREADA POR EL ASUNTO “GOOFY”
Hola Amig@s:
Como ya muchos sabéis, somos tres chicas que desde hace años dedicamos una parte importante de nuestro tiempo en ayudar a todos los animales que lo necesitan. Principalmente buscando hogares a los que no lo tienen o a los que los dueños no quieren, y colaborando con otras personas y asociaciones en su labor de defensa y protección de los animales.
Formamos parte de esa gran familia de personas que quieren a los animales y que aportan lo que cada uno puede para procurarles una vida mejor, a los que algunos nos llaman “animalistas” (no sabemos si nos gusta o no el término, pero bueno…). Sólo en A Coruña somos miles, y muchos nos conocemos, ayudamos y respetamos.
Como necesitábamos tener cierta cobertura, recientemente nos hemos constituido en Asociación Protectora, a la que le dimos el nombre de “PEGADAS”. Pero los animales no saben de asociaciones, y en esto los animalistas estamos todos juntos, o así debería ser. Nosotras queremos seguir colaborando con todos vosotros y también con otras asociaciones como hasta ahora.
El motivo de este comunicado es, sin embargo, más desagradable, y está relacionado con la polémica surgida por la adopción de un perro dálmata de nombre “Goofy”. Desde el principio hemos preferido permanecer en silencio ante la campaña de acoso, descalificaciones y mentiras que sobre este asunto han orquestado tanto la perrera “Servigal” como la asociación “Gatocan”. Lo único que nos interesaba era el bienestar de Goofy, y eso ya lo habíamos conseguido. Por lo demás es cierto lo que se dice que “no hay mayor desprecio que la falta de aprecio”, por lo que no queríamos darles más leña a sus infamias.
Pero parece que nos hemos convertido en el nuevo objetivo de Beatriz, la presidenta de Gatocan, que incluso ha organizado una recogida de firmas en nuestra contra, sin mucho éxito al parecer, la gente, aunque ella esté convencida, no es tan tonta. Muchos amigos que sólo han oído las mentiras de Gatocan nos han pedido que expliquemos lo que pasó realmente y le quitemos de una vez por todas la careta a toda esa gente que, en lugar de dedicarse a defender a los animales y colaborar y ayudar a todos los amigos que se dedican a esta labor, prefieren montar campañas repugnantes con el único fin de eliminar a todos los que en el fondo consideran adversarios.
Así que nos hemos visto obligadas a contaros la verdad de este asunto, muy a nuestro pesar ya que somos conscientes de que esto puede generar aún más polémica y dar más combustible a todos esos malintencionados incendiarios que utilizan Facebook para sus inquinas personales.
Todo lo que ahora os contamos es la única verdad, que podéis confirmar con la propia María Jesús, la anterior propietaria de Goofy, con la que hemos mantenido cuatro largas y amistosas conversaciones, y que ella misma no entiende por qué se ha montado todo este lío:
1º Goofy es un perro que se escapaba continuamente de la casa de sus dueños, que o bien lo tenían encerrado en una bodega con agujeros por donde se fugaba, o en el patio que servía de parking de su restaurante. En sus escapadas, deambulaba por las carreteras nacionales de la zona de Oleiros, hasta que alguien lo encontraba perdido y lo devolvía a sus dueños, antes de que lo atropellasen o provocase algún accidente.
Una de estas personas, tras devolverlo varias veces, se asustó cuando le dijeron que estaban cansados de que se escapara y lo iban a envenenar, ya que no podían controlarlo. Esa chica incluso se lo comunicó al Seprona, y también pidió ayuda en facebook para ver si alguien podía ayudarla a hablar con la dueña, para buscar soluciones que impidiesen que el perro siguiese escapando y que no le hiciesen nada. Esta persona se puso en contacto con nosotras por privado, y tras oir el caso nos ofrecimos a acompañarla para hablar con los dueños de Goofy.
2º Nos reunimos con María Jesús, la dueña de Goofy; el encuentro fue muy amable y cordial, pese a lo que Beatriz se ha esmerado en negar. Nos confirmó que Goofy se escapaba continuamente, que incluso una vez lo atropellaron, y que la situación le superaba ya que tenía dos hijas pequeñas, una con síndrome de Down, y acababa de abrir un nuevo restaurante en A Coruña. Además, no sabía cómo solucionar el problema de las fugas del perro, y su marido había amenazado con llevarlo al monte.
Al final, y aunque esa no era nuestra intención al ir allí, todos (incluida María Jesús) nos dimos cuenta que la única opción para Goofy era buscarle un nuevo hogar. Se hizo un documento de cesión del perro, nos entregó toda su documentación, hasta el collar y la correa, y nos pidió que le encontráramos un buen hogar. Así lo hicimos, y Goofy tiene un hogar de adopción maravilloso. Y así acabó todo. Hasta que se metieron en escena Servigal y Gatocan.
3º La propia María Jesús nos ha confirmado que Servigal, seguramente al ver los comentarios del rescate y la cesión de Goofy en facebook, contactó con ella y le intentó convencer de que Pegadas no era un asociación legal, que queríamos vender al perro o utilizarlo para la cría porque era de raza, y otras cuantas barbaridades más…. La convencieron de que tenía que denunciar a Pegadas, e incluso la acompañaron hasta la Guardia Civil, incitándola a presentar una denuncia contra nosotras. Menos mal que no dejaron entrar a la representante de Servigal, y María Jesús simplemente se limitó a “denunciar” a los agentes que había cedido a su perro a una asociación para que le buscasen un hogar, pero que alguien le había convencido de que no éramos una asociación protectora, por lo que tuvo miedo del destino del perro y al cabo de tres días quiso recuperarlo, pensando que su destino era incierto.
También la acompañaron a la Voz de Galicia, y publicaron una noticia en la que se afirmaba que María Jesús había interpuesto una denuncia por robo, que la habíamos coaccionado e intimidado, e incluso que nos dedicábamos a vender perros de raza.
Hablamos con María Jesús y nos dijo que ella no había querido decir eso, pero que la incitaron. Y fuimos a la Guardia Civil para poder una denuncia por acusación falsa, y allí nos confirmaron que en la denuncia no se decía nada de robo ni de coacciones ni nada de nada.
Al mismo tiempo comenzaron a publicarse por Gatocan, por boca de su presidenta Beatriz, unos pasquines con lo que ella dice que son sus verdades “incontestables”, afirmando que habíamos intimidado y coaccionado a María Jesús, que no éramos una asociación legal, y estupideces semejantes. Y poco después, inició la recogida de firmas.
No queremos entrar en una nueva guerra, que no beneficia a nadie, por lo que llegados a este punto preferimos no deciros todo lo que pensamos sobre Beatriz, sobre Gatocan, sobre sus métodos y formas de proceder. Tampoco es necesario, ya que todos en A Coruña y alrededores conocemos a ese personaje mesiánico, y no merece la más mínima pérdida de tiempo. Debería dedicarse a ser más humilde, a recoger más animales abandonados, a mejorar su número de adopciones y acogidas, y a ayudar más en la lucha por la defensa y protección animal, y menos a perseguir a todo aquél que no participa de su ideario.
Pero sí queremos deciros que estamos indignadas y desilusionadas, porque nos hemos visto atacadas, insultadas y calumniadas, perseguidas, acosadas, humilladas, tratadas casi como delincuentes, no sólo por Servigal que al fin y al cabo sabemos a qué se dedica y contra quién va, sino sobre todo por una persona que supuestamente es una de nosotros (animalista) y afirma tener la única protectora de animales digna del nombre.
Y confirmaros que todo lo que os hemos contado nos ha sido confirmado por la propia María Jesús, anterior dueña de Goofy, y que podemos probarlo. Que es mentira que hayamos actuado mediante coacciones o intimidación, como afirma Gatocan, y así lo ha desmentido la propia interesada, que confirma que lo entregó porque no podía cuidar de él debidamente y que confió en que le buscásemos una salida a su problema. Que nadie nos ha denunciado por robo. Que gracias a la animalista que dio el primer aviso, gracias a nuestra colaboración y la de otras personas que han intervenido, y gracias al nuevo adoptante, Goofy está en un nuevo hogar y feliz. Y que podemos probar que todo es cierto, incluso lo que nos ha contado María Jesús, la anterior dueña de Goofy.
Un caso habitual de un perro que precisa un nuevo hogar, Servigal y Gatocan lo han convertido en una excusa para seguir `presionando y atacando a todos aquellos animalistas de A Coruña que, hace unos meses, decidimos emprender una lucha activa contra el actual sistema de perrera municipal, contra el sacrificio como principal método de control de la población de perros y gatos de la provincia, contra su beneficio económico, ya que cada animal recogido por un animalista supone una pérdida económica para ellos.
No pretendemos con esta nota iniciar ninguna guerra absurda ni que toméis partido; no somos Gatocan; no vamos a iniciar ninguna recogida de firmas, no vamos de únicas, de perfectas ni divinas por la vida; no queremos convencer a nadie de que nos apoye o nos ayude; solo queremos ayudar a los animales. Cada animal que recogemos en la calle es satisfacción para nosotras. Lo que queremos es que este comunicado sirva para limpiar el nombre de nuestra joven asociación PEGADAS, que no merece iniciar su nueva andadura lastrada por el indecente comportamiento y campañas difamatorias de esas entidades. Éstas desmerecen el respeto de los animalistas, de cualquiera que busque el bienestar animal, y todos los que nos dedicamos a esta dura tarea diaria deberíamos dejarles claro que no se lo vamos a consentir. NUNCA. BASTA YA.
RESPUESTA DE LA PRESIDENTA DE GATOCAN Y PRUEBAS:
Beatriz Martín Catoira, en nombre de la Asociación Protectora de Animales Gatocan y en el mío propio, en respuesta al comunicado que en redes sociales, la autodenominada Asociación Protectora de Animales Pegadas ha hecho público, para enervar cualquier legítima duda sobre la veracidad de las manifestaciones vertidas en el mismo, procedo a efectuar las siguientes puntualizaciones cuyo respaldo documental se pone a disposición de cualquier interesado.
La demora en esta respuesta se ha debido precisamente a la espera necesaria para tener en nuestro poder las pruebas que se adjuntan, y de este modo, a diferencia de Pegadas, que nuestro comunicado no se base exclusivamente en nuestra palabra.
1º) Si bien entendemos loable la intención con la que Pegadas dice constituirse, lo cierto es que desde el punto de vista legal es necesario un “plus” para poder hacerlo como protectora, cuyo trámite, así como el cumplimiento de los requisitos que la Consellería de Medio Ambiente exige, no nos constan, y ello porque no se han cumplido. Insistimos en que por muy loables que puedan ser los fines que declaran, no por ello pueden moverse los promotores de esta iniciativa, eligiendo “a la carta” que parte de la legalidad van a cumplir y tildando de “mesiánico” a quien se cruce en su camino advirtiéndole que “esas no son maneras”.
Se adjunta prueba de la NO existencia de ninguna Asociación Protectora de Animales Pegadas como tal protectora.
2º) La recogida de firmas para que “Goofy vuelva a casa”, en ningún caso se ha empleado como una campaña de descrédito hacia el colectivo Pegadas, sino que atribuyéndole un estilo democrático, cuya inobservancia precisamente nos achacan en su comunicado, se pretende única y exclusivamente lo que en ella se refleja: que Goofy vuelva a casa.
Entendemos asimismo que los dueños de Goofy tienen derecho a replantearse la cesión de su perro, a reconsiderarla, a decidir por si mismos sin intervención de terceros, máxime cuando, han dado sobradas muestras de arrepentimiento y las circunstancias de la cesión no están nada claras, dado que nadie ha aportado ni las pruebas de ser protectora de animales ni las denuncias contra los propietarios de Goofy, argumentos ambos que desde el colectivo Pegadas han esgrimido para justificar la cesión.
¿Por qué la familia de Goofy no tiene derecho a una segunda oportunidad para hacer lo correcto?.
3º) Desde el colectivo Pegadas dicen que los consideramos adversarios ¿adversarios de qué?. Gatocan literalmente es una Asociación Protectora de Animales declarada de utilidad pública que desde hace años viene realizando su labor a través del voluntariado. Todas las personas que están o han estado relacionadas con Gatocan, lo han hecho sin más interés que colaborar por una causa que consideran justa. No hay adversarios cuando lo que entra en juego es la entrega gratuita de tiempo y medios de muchísimos colaboradores. Es gracias a ello por lo que Gatocan entrega animales castrados y desparasitados sin cobrar un céntimo, dado que no es un negocio, sino un servicio a la comunidad, que se realiza desde el pleno respeto a la legalidad y a los derechos cuya protección reivindicamos. Con la verdad por delante. Con la cabeza bien alta. Sin victimismos ni mentiras. De esta manera nunca hay una imagen que limpiar.
4º) Desde el colectivo Pegadas se intenta dar una apariencia de amistad/normalidad con los propietarios de Goofy que no casa demasiado bien con los hechos que con posterioridad se han denunciado y con la petición de ayuda que se hizo, entre otros, a Gatocan por parte de esa familia, llegando a autorizarnos por escrito la iniciativa de recoger firmas.
Contrasta mucho más el hecho de que la familia haya tenido que acudir a la vía judicial para recuperar a su perro. Difícilmente alguien recurre a la justicia cuando puede solucionar su conflicto dialogando con la otra parte, y todavía con todo, Mª Jesús, confiada en la buena fe de las personas y de quienes, en definitiva, dijeron mostrar interés en su día por el bienestar de Goofy, hizo un intento más y suplicó por su perro en los pasillos del juzgado. De nada le valió.
Se adjunta autorización para iniciar recogida de firmas, copia de la denuncia y comunicado aclaratorio de los propietarios de Goofy, una vez eliminados datos de carácter personal.
5º) Según lo que se afirma en el comunicado de Pegadas, podemos entender que Goofy se encuentra “okupado”, pero no adoptado, su chip sigue a nombre de Mª Jesús. Una verdadera protectora de animales debe saber como se hacen los trámites de adopción de manera correcta si quiere evitarle muchos problemas a la gente en el futuro. Pegadas “os sobra pico y os falta profesionalidad”.
La historia de Goofy, no es una cruzada en contra de Pegadas; a muchos les sonará la historia de Inka y su dueña Montse. Son dos historias absolutamente paralelas las de Inka y Goofy.
Montse, a quien muchos amantes de los animales ya conocen porque lleva años ayudándolos, es una persona más buena que el pan, defensora de los animales hasta la médula, integra y dulce, pero, a pesar de su edad cronológica, inocente, muy inocente, que un día cometió el mismo error que Mª Jesús y cedió su perra a una “amiga” convencida de que era lo mejor para Inka. Tras muchas peripecias por Guardia Civil y Juzgados conseguimos recuperarla, bastante deteriorada, pero Inka regresó a su hogar con su legítima dueña aunque había sido ya cedida a terceros. Tengan la absoluta convicción de que si cien veces hiciera falta hacer esto, cien veces lo haríamos. En honor a la verdad, admito que mi primera reacción al hablar con Mª Jesús fue de ira hacia la decisión de una persona de entregarle su perro a unas desconocidas, sea cual fuere el motivo, pero inmediatamente recordé que ninguno de nosotros debiera juzgar sin conocer las circunstancias ni los motivos que nos empujan a obrar en un determinado sentido del que luego nos arrepentimos. A veces una buena razón nos traiciona. La historia de Goofy es una historia de segundas oportunidades. Mª Jesús pidió ayuda a Gatocan, envuelta en llanto y con la frase “no merezco vivir por lo que hice”.
Podría extenderme largo y tendido sobre todas las cuestiones que me llaman poderosamente la atención sobre el “buen hacer” que Pegadas está demostrando en esta y en otras cuestiones que les han conducido a ser “plena actualidad”, quizá sea ese su objetivo, llamar la atención, en cuyo caso, no voy a prestar el nombre de la Asociación que represento para la consecución de tales fines.
Aclaramos así nuevamente la postura de Gatocan y de su presidenta, personalmente aludida en el comunicado de Pegadas, con razones claras y evidentes, aportando las pruebas que respaldan todas nuestras afirmaciones.
Si en algo resultase equivocada, rectificaré y pediré públicas disculpas allí donde se me exija. Espero reciprocidad.
Por orden cronológico: Inka volvió a casa, Simba volvió a casa, Cuca volvió a casa, Noa volvió a casa, vuelvo a pediros vuestro apoyo para lograr que Goofy también vuelva a casa. Si él hablase seguramente también os pediría vuestra ayuda.
AQUÍ COLGAMOS LAS PRUEBAS:
COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN PROTECTORA DE ANIMAIS “PEGADAS”
SOBRE POLÉMICA CREADA POR EL ASUNTO “GOOFY”
Hola Amig@s:
Como ya muchos sabéis, somos tres chicas que desde hace años dedicamos una parte importante de nuestro tiempo en ayudar a todos los animales que lo necesitan. Principalmente buscando hogares a los que no lo tienen o a los que los dueños no quieren, y colaborando con otras personas y asociaciones en su labor de defensa y protección de los animales.
Formamos parte de esa gran familia de personas que quieren a los animales y que aportan lo que cada uno puede para procurarles una vida mejor, a los que algunos nos llaman “animalistas” (no sabemos si nos gusta o no el término, pero bueno…). Sólo en A Coruña somos miles, y muchos nos conocemos, ayudamos y respetamos.
Como necesitábamos tener cierta cobertura, recientemente nos hemos constituido en Asociación Protectora, a la que le dimos el nombre de “PEGADAS”. Pero los animales no saben de asociaciones, y en esto los animalistas estamos todos juntos, o así debería ser. Nosotras queremos seguir colaborando con todos vosotros y también con otras asociaciones como hasta ahora.
El motivo de este comunicado es, sin embargo, más desagradable, y está relacionado con la polémica surgida por la adopción de un perro dálmata de nombre “Goofy”. Desde el principio hemos preferido permanecer en silencio ante la campaña de acoso, descalificaciones y mentiras que sobre este asunto han orquestado tanto la perrera “Servigal” como la asociación “Gatocan”. Lo único que nos interesaba era el bienestar de Goofy, y eso ya lo habíamos conseguido. Por lo demás es cierto lo que se dice que “no hay mayor desprecio que la falta de aprecio”, por lo que no queríamos darles más leña a sus infamias.
Pero parece que nos hemos convertido en el nuevo objetivo de Beatriz, la presidenta de Gatocan, que incluso ha organizado una recogida de firmas en nuestra contra, sin mucho éxito al parecer, la gente, aunque ella esté convencida, no es tan tonta. Muchos amigos que sólo han oído las mentiras de Gatocan nos han pedido que expliquemos lo que pasó realmente y le quitemos de una vez por todas la careta a toda esa gente que, en lugar de dedicarse a defender a los animales y colaborar y ayudar a todos los amigos que se dedican a esta labor, prefieren montar campañas repugnantes con el único fin de eliminar a todos los que en el fondo consideran adversarios.
Así que nos hemos visto obligadas a contaros la verdad de este asunto, muy a nuestro pesar ya que somos conscientes de que esto puede generar aún más polémica y dar más combustible a todos esos malintencionados incendiarios que utilizan Facebook para sus inquinas personales.
Todo lo que ahora os contamos es la única verdad, que podéis confirmar con la propia María Jesús, la anterior propietaria de Goofy, con la que hemos mantenido cuatro largas y amistosas conversaciones, y que ella misma no entiende por qué se ha montado todo este lío:
1º Goofy es un perro que se escapaba continuamente de la casa de sus dueños, que o bien lo tenían encerrado en una bodega con agujeros por donde se fugaba, o en el patio que servía de parking de su restaurante. En sus escapadas, deambulaba por las carreteras nacionales de la zona de Oleiros, hasta que alguien lo encontraba perdido y lo devolvía a sus dueños, antes de que lo atropellasen o provocase algún accidente.
Una de estas personas, tras devolverlo varias veces, se asustó cuando le dijeron que estaban cansados de que se escapara y lo iban a envenenar, ya que no podían controlarlo. Esa chica incluso se lo comunicó al Seprona, y también pidió ayuda en facebook para ver si alguien podía ayudarla a hablar con la dueña, para buscar soluciones que impidiesen que el perro siguiese escapando y que no le hiciesen nada. Esta persona se puso en contacto con nosotras por privado, y tras oir el caso nos ofrecimos a acompañarla para hablar con los dueños de Goofy.
2º Nos reunimos con María Jesús, la dueña de Goofy; el encuentro fue muy amable y cordial, pese a lo que Beatriz se ha esmerado en negar. Nos confirmó que Goofy se escapaba continuamente, que incluso una vez lo atropellaron, y que la situación le superaba ya que tenía dos hijas pequeñas, una con síndrome de Down, y acababa de abrir un nuevo restaurante en A Coruña. Además, no sabía cómo solucionar el problema de las fugas del perro, y su marido había amenazado con llevarlo al monte.
Al final, y aunque esa no era nuestra intención al ir allí, todos (incluida María Jesús) nos dimos cuenta que la única opción para Goofy era buscarle un nuevo hogar. Se hizo un documento de cesión del perro, nos entregó toda su documentación, hasta el collar y la correa, y nos pidió que le encontráramos un buen hogar. Así lo hicimos, y Goofy tiene un hogar de adopción maravilloso. Y así acabó todo. Hasta que se metieron en escena Servigal y Gatocan.
3º La propia María Jesús nos ha confirmado que Servigal, seguramente al ver los comentarios del rescate y la cesión de Goofy en facebook, contactó con ella y le intentó convencer de que Pegadas no era un asociación legal, que queríamos vender al perro o utilizarlo para la cría porque era de raza, y otras cuantas barbaridades más…. La convencieron de que tenía que denunciar a Pegadas, e incluso la acompañaron hasta la Guardia Civil, incitándola a presentar una denuncia contra nosotras. Menos mal que no dejaron entrar a la representante de Servigal, y María Jesús simplemente se limitó a “denunciar” a los agentes que había cedido a su perro a una asociación para que le buscasen un hogar, pero que alguien le había convencido de que no éramos una asociación protectora, por lo que tuvo miedo del destino del perro y al cabo de tres días quiso recuperarlo, pensando que su destino era incierto.
También la acompañaron a la Voz de Galicia, y publicaron una noticia en la que se afirmaba que María Jesús había interpuesto una denuncia por robo, que la habíamos coaccionado e intimidado, e incluso que nos dedicábamos a vender perros de raza.
Hablamos con María Jesús y nos dijo que ella no había querido decir eso, pero que la incitaron. Y fuimos a la Guardia Civil para poder una denuncia por acusación falsa, y allí nos confirmaron que en la denuncia no se decía nada de robo ni de coacciones ni nada de nada.
Al mismo tiempo comenzaron a publicarse por Gatocan, por boca de su presidenta Beatriz, unos pasquines con lo que ella dice que son sus verdades “incontestables”, afirmando que habíamos intimidado y coaccionado a María Jesús, que no éramos una asociación legal, y estupideces semejantes. Y poco después, inició la recogida de firmas.
No queremos entrar en una nueva guerra, que no beneficia a nadie, por lo que llegados a este punto preferimos no deciros todo lo que pensamos sobre Beatriz, sobre Gatocan, sobre sus métodos y formas de proceder. Tampoco es necesario, ya que todos en A Coruña y alrededores conocemos a ese personaje mesiánico, y no merece la más mínima pérdida de tiempo. Debería dedicarse a ser más humilde, a recoger más animales abandonados, a mejorar su número de adopciones y acogidas, y a ayudar más en la lucha por la defensa y protección animal, y menos a perseguir a todo aquél que no participa de su ideario.
Pero sí queremos deciros que estamos indignadas y desilusionadas, porque nos hemos visto atacadas, insultadas y calumniadas, perseguidas, acosadas, humilladas, tratadas casi como delincuentes, no sólo por Servigal que al fin y al cabo sabemos a qué se dedica y contra quién va, sino sobre todo por una persona que supuestamente es una de nosotros (animalista) y afirma tener la única protectora de animales digna del nombre.
Y confirmaros que todo lo que os hemos contado nos ha sido confirmado por la propia María Jesús, anterior dueña de Goofy, y que podemos probarlo. Que es mentira que hayamos actuado mediante coacciones o intimidación, como afirma Gatocan, y así lo ha desmentido la propia interesada, que confirma que lo entregó porque no podía cuidar de él debidamente y que confió en que le buscásemos una salida a su problema. Que nadie nos ha denunciado por robo. Que gracias a la animalista que dio el primer aviso, gracias a nuestra colaboración y la de otras personas que han intervenido, y gracias al nuevo adoptante, Goofy está en un nuevo hogar y feliz. Y que podemos probar que todo es cierto, incluso lo que nos ha contado María Jesús, la anterior dueña de Goofy.
Un caso habitual de un perro que precisa un nuevo hogar, Servigal y Gatocan lo han convertido en una excusa para seguir `presionando y atacando a todos aquellos animalistas de A Coruña que, hace unos meses, decidimos emprender una lucha activa contra el actual sistema de perrera municipal, contra el sacrificio como principal método de control de la población de perros y gatos de la provincia, contra su beneficio económico, ya que cada animal recogido por un animalista supone una pérdida económica para ellos.
No pretendemos con esta nota iniciar ninguna guerra absurda ni que toméis partido; no somos Gatocan; no vamos a iniciar ninguna recogida de firmas, no vamos de únicas, de perfectas ni divinas por la vida; no queremos convencer a nadie de que nos apoye o nos ayude; solo queremos ayudar a los animales. Cada animal que recogemos en la calle es satisfacción para nosotras. Lo que queremos es que este comunicado sirva para limpiar el nombre de nuestra joven asociación PEGADAS, que no merece iniciar su nueva andadura lastrada por el indecente comportamiento y campañas difamatorias de esas entidades. Éstas desmerecen el respeto de los animalistas, de cualquiera que busque el bienestar animal, y todos los que nos dedicamos a esta dura tarea diaria deberíamos dejarles claro que no se lo vamos a consentir. NUNCA. BASTA YA.
RESPUESTA DE LA PRESIDENTA DE GATOCAN Y PRUEBAS:
Beatriz Martín Catoira, en nombre de la Asociación Protectora de Animales Gatocan y en el mío propio, en respuesta al comunicado que en redes sociales, la autodenominada Asociación Protectora de Animales Pegadas ha hecho público, para enervar cualquier legítima duda sobre la veracidad de las manifestaciones vertidas en el mismo, procedo a efectuar las siguientes puntualizaciones cuyo respaldo documental se pone a disposición de cualquier interesado.
La demora en esta respuesta se ha debido precisamente a la espera necesaria para tener en nuestro poder las pruebas que se adjuntan, y de este modo, a diferencia de Pegadas, que nuestro comunicado no se base exclusivamente en nuestra palabra.
1º) Si bien entendemos loable la intención con la que Pegadas dice constituirse, lo cierto es que desde el punto de vista legal es necesario un “plus” para poder hacerlo como protectora, cuyo trámite, así como el cumplimiento de los requisitos que la Consellería de Medio Ambiente exige, no nos constan, y ello porque no se han cumplido. Insistimos en que por muy loables que puedan ser los fines que declaran, no por ello pueden moverse los promotores de esta iniciativa, eligiendo “a la carta” que parte de la legalidad van a cumplir y tildando de “mesiánico” a quien se cruce en su camino advirtiéndole que “esas no son maneras”.
Se adjunta prueba de la NO existencia de ninguna Asociación Protectora de Animales Pegadas como tal protectora.
2º) La recogida de firmas para que “Goofy vuelva a casa”, en ningún caso se ha empleado como una campaña de descrédito hacia el colectivo Pegadas, sino que atribuyéndole un estilo democrático, cuya inobservancia precisamente nos achacan en su comunicado, se pretende única y exclusivamente lo que en ella se refleja: que Goofy vuelva a casa.
Entendemos asimismo que los dueños de Goofy tienen derecho a replantearse la cesión de su perro, a reconsiderarla, a decidir por si mismos sin intervención de terceros, máxime cuando, han dado sobradas muestras de arrepentimiento y las circunstancias de la cesión no están nada claras, dado que nadie ha aportado ni las pruebas de ser protectora de animales ni las denuncias contra los propietarios de Goofy, argumentos ambos que desde el colectivo Pegadas han esgrimido para justificar la cesión.
¿Por qué la familia de Goofy no tiene derecho a una segunda oportunidad para hacer lo correcto?.
3º) Desde el colectivo Pegadas dicen que los consideramos adversarios ¿adversarios de qué?. Gatocan literalmente es una Asociación Protectora de Animales declarada de utilidad pública que desde hace años viene realizando su labor a través del voluntariado. Todas las personas que están o han estado relacionadas con Gatocan, lo han hecho sin más interés que colaborar por una causa que consideran justa. No hay adversarios cuando lo que entra en juego es la entrega gratuita de tiempo y medios de muchísimos colaboradores. Es gracias a ello por lo que Gatocan entrega animales castrados y desparasitados sin cobrar un céntimo, dado que no es un negocio, sino un servicio a la comunidad, que se realiza desde el pleno respeto a la legalidad y a los derechos cuya protección reivindicamos. Con la verdad por delante. Con la cabeza bien alta. Sin victimismos ni mentiras. De esta manera nunca hay una imagen que limpiar.
4º) Desde el colectivo Pegadas se intenta dar una apariencia de amistad/normalidad con los propietarios de Goofy que no casa demasiado bien con los hechos que con posterioridad se han denunciado y con la petición de ayuda que se hizo, entre otros, a Gatocan por parte de esa familia, llegando a autorizarnos por escrito la iniciativa de recoger firmas.
Contrasta mucho más el hecho de que la familia haya tenido que acudir a la vía judicial para recuperar a su perro. Difícilmente alguien recurre a la justicia cuando puede solucionar su conflicto dialogando con la otra parte, y todavía con todo, Mª Jesús, confiada en la buena fe de las personas y de quienes, en definitiva, dijeron mostrar interés en su día por el bienestar de Goofy, hizo un intento más y suplicó por su perro en los pasillos del juzgado. De nada le valió.
Se adjunta autorización para iniciar recogida de firmas, copia de la denuncia y comunicado aclaratorio de los propietarios de Goofy, una vez eliminados datos de carácter personal.
5º) Según lo que se afirma en el comunicado de Pegadas, podemos entender que Goofy se encuentra “okupado”, pero no adoptado, su chip sigue a nombre de Mª Jesús. Una verdadera protectora de animales debe saber como se hacen los trámites de adopción de manera correcta si quiere evitarle muchos problemas a la gente en el futuro. Pegadas “os sobra pico y os falta profesionalidad”.
La historia de Goofy, no es una cruzada en contra de Pegadas; a muchos les sonará la historia de Inka y su dueña Montse. Son dos historias absolutamente paralelas las de Inka y Goofy.
Montse, a quien muchos amantes de los animales ya conocen porque lleva años ayudándolos, es una persona más buena que el pan, defensora de los animales hasta la médula, integra y dulce, pero, a pesar de su edad cronológica, inocente, muy inocente, que un día cometió el mismo error que Mª Jesús y cedió su perra a una “amiga” convencida de que era lo mejor para Inka. Tras muchas peripecias por Guardia Civil y Juzgados conseguimos recuperarla, bastante deteriorada, pero Inka regresó a su hogar con su legítima dueña aunque había sido ya cedida a terceros. Tengan la absoluta convicción de que si cien veces hiciera falta hacer esto, cien veces lo haríamos. En honor a la verdad, admito que mi primera reacción al hablar con Mª Jesús fue de ira hacia la decisión de una persona de entregarle su perro a unas desconocidas, sea cual fuere el motivo, pero inmediatamente recordé que ninguno de nosotros debiera juzgar sin conocer las circunstancias ni los motivos que nos empujan a obrar en un determinado sentido del que luego nos arrepentimos. A veces una buena razón nos traiciona. La historia de Goofy es una historia de segundas oportunidades. Mª Jesús pidió ayuda a Gatocan, envuelta en llanto y con la frase “no merezco vivir por lo que hice”.
Podría extenderme largo y tendido sobre todas las cuestiones que me llaman poderosamente la atención sobre el “buen hacer” que Pegadas está demostrando en esta y en otras cuestiones que les han conducido a ser “plena actualidad”, quizá sea ese su objetivo, llamar la atención, en cuyo caso, no voy a prestar el nombre de la Asociación que represento para la consecución de tales fines.
Aclaramos así nuevamente la postura de Gatocan y de su presidenta, personalmente aludida en el comunicado de Pegadas, con razones claras y evidentes, aportando las pruebas que respaldan todas nuestras afirmaciones.
Si en algo resultase equivocada, rectificaré y pediré públicas disculpas allí donde se me exija. Espero reciprocidad.
Por orden cronológico: Inka volvió a casa, Simba volvió a casa, Cuca volvió a casa, Noa volvió a casa, vuelvo a pediros vuestro apoyo para lograr que Goofy también vuelva a casa. Si él hablase seguramente también os pediría vuestra ayuda.
AQUÍ COLGAMOS LAS PRUEBAS:
martayluis- Cantidad de envíos : 9546
Fecha de inscripción : 25/04/2009
Edad : 49
Temas similares
» Merlín
» Documental sobre Gatocán
» Pastor alemán desaparecida en O Carballiño
» Comunicado sobre el boxer de Fontan
» Curso sobre maltrato animal
» Documental sobre Gatocán
» Pastor alemán desaparecida en O Carballiño
» Comunicado sobre el boxer de Fontan
» Curso sobre maltrato animal
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.